A mediados de la década de 1950, tres grupos de directores de libros de texto se reunieron y discutieron los problemas que tenían con los fabricantes de libros de texto. Después de la reunión, acordaron establecer un conjunto uniforme de especificaciones para los libros de texto. También decidieron utilizar las mismas especificaciones físicas y enfoques para fabricar libros de texto. Durante estas discusiones, también se determinó que las especificaciones deberían verificarse sobre una base científica.
Un año después, se contrató a la United States Testing Company (USTC) para realizar pruebas de laboratorio de los libros de texto. El primer informe se entregó a la comisión en 1981. El informe afirmaba que la encuadernación adhesiva resistía bien, pero se encontraron algunos fallos. El comité también informó que no había libros adicionales disponibles para ser evaluados.

En 1971, se formó la Comisión Asesora sobre Especificaciones de Libros de Texto (ACTS). Estaba compuesto por fabricantes de libros de texto y directores estatales de libros de texto. El grupo ACTS trabajó para establecer especificaciones NASTA que pudieran ser utilizadas por los fabricantes de libros de texto. Estas especificaciones ayudarían a asegurar libros de texto razonablemente duraderos a precios prácticos. El programa ACTS ha seguido evolucionando, pero su objetivo principal es mantener estándares físicos apropiados para los materiales educativos.
El comité asesor de ACTS se ha comunicado bien con los fabricantes, editores, vendedores, compradores y usuarios finales de libros de texto. Además, ha producido especificaciones NASTA significativas. Estas especificaciones se denominan Normas y especificaciones de fabricación para libros de texto (MSST). Estas especificaciones pretenden ser una guía para los fabricantes de libros de texto. Se basan en experiencias empíricas y evaluaciones del estado de Texas, así como en observaciones de directores de libros de texto.