Todo papel comienza siendo fibras vegetales como la madera, el algodón o el bambú. Estas fibras se maceran, se remojan y se secan hasta formar una pulpa que se extiende y se comprime formando una lámina. Este es un proceso complejo que puede llevar varios días.
Una vez formada la pulpa, se puede teñir de diversas formas. El método más común es agregar el tinte o pigmento a la pulpa antes de que se forme. Esta es una forma muy económica de hacerlo, pero la desventaja es que el efluente de la máquina papelera también se colorea durante este proceso.

Otra opción popular es agregar el tinte o pigmento más adelante durante el proceso de fabricación del papel, en una máquina llamada prensa encoladora. Esto permite que el papel sea más flexible y rígido, pero también es mucho más costoso que agregar el tinte o pigmento antes de que se forme la hoja.
Papeles de colores vienen en una variedad de tamaños de hojas, desde menos de 200 hojas en un paquete hasta 1500 o más. Son perfectos para crear folletos o carteles de ventas que necesitan colores llamativos para atraer a las personas y asegurarse de que vean información importante.
Incluso puede utilizar papel de colores para imprimir imágenes en blanco, como fotografías u obras de arte. Como las tintas CMYK son translúcidas, los colores de la imagen se traslucen. Esto puede ser problemático con algunas ilustraciones y es posible que tengas que ejecutar páginas de prueba para obtener el efecto correcto.